Cuando hablamos del mercado del software como una cuestión monopolística, no estamos refiriendo a la presión que ofrecen en muchas ocasiones las empresas desarrolladoras para hacer de sus productos un estándar de facto para la gran masa de usuarios. En el desarrollo de software es muy común que se alcance una situacíon de este tipo debido cuestiones inherentes a lo dinámico del sector y a las características propias del desarrollo. Los fenómenos más destacados que promueven este clima de mercado pueden enumerarse como sigue:
- El formato de datos. Cada aplicación maneja una serie de formatos que suelen estar fuertemente -sino exclusivamente- vinculados a la misma. La dificultad de exportar su contenido a otros estándares, bien debido a su código fuente cerrado o por patentes, perpetuan el uso del software base que los genera. Un ejemplo, podrían ser los formatos de compresión de video o audio que requieren de un determinado software para su reproducción y que, dada su naturaleza, circulan a gran velocidad entre los usuarios finales; así pueden convertirse en estándares de facto alcanzando una fuerte presencia en el medio. Es lo que se ha vendio identificando con la metáfora de “los datos del usuario como rehenes”.
- Distribución. Las empresas más fuertes son aquellas de las que más medios disponen para ubicar sus productos en el mercado frente a sus competidores. Mediante un fuerte posicionamiento físico en el mercado o virtual a través de páginas webs, sus productos crean una imagen de marca de confianza que todos reconocen y asocian como la única alternativa de software para su correspondiente nicho. Es el caso de algunos productos como la suite ofimática Office, la cual sigue sonando como la única alternativa en el sector para la gran masa media de usuarios.
- Promoción. Entendida como un marketing indirecto, la masa de usuarios es la mejor plataforma desde la que un producto se posiciona firmemente en el mercado. El uso y recomendación de la aplicación puede rápidamente llevar a un determinado software a liderar su sector haciendo difícil el cambio hacia aplicaciones similares. Del mismo modo, en los medios tanto tradicionales como virtuales, aquellos programas más utilizados serán los que más atención acaparen por ser los más demandados; esta sinergia conlleva que su mayor eco mediático atraiga a quienes aún no lo han adoptado convencidos por su penetración. Un ejemplo de apliación que se ha alzado como líder sin oposición alguna gracias a este reforzamiento bidireccional entre usuarios y medios sería el paquete de edición gráfica Photoshop.
- Costumbre y formación. Cuando un usuario ha invertido un tiempo en el aprendizaje de un determinado software, se hace difícil el convercelo del cambio. Generalmente, esto conlleva a que todas las alternativas posibles a un determinado producto compartan interfaces y funcionalidades similares buscando el menor impacto posible sobre el usuario nóvel que busca el cambio. Sin embargo, el miedo a lo nuevo es el responsable de que aún sistemas operativos como Windows sea líder indiscutible del sector pese a existir otras alternativas de calidad. Esta paradoja hace que sea la empresa dominante la que por lo general rija las directrices de los productos que con él compiten teniendo unos que copiarse a otros para ofrecer entornos y funcionalidades parecidas.
- Preinstalación. No hay un vehículo más poderoso para la creación de estándares que los acuerdos alcanzados entre desarrolladores y fabricantes para preinstalar su software en los nuevos equipos o dispositivos. De esta forma, el usuario desde el momento que utiliza su nuevo hardware, está asimilando y aprendiendo el uso de un determinado software asociado. Ejemplo claro en esta línea sería de nuevo el sistema operativo Windows 7 presente en la gran mayoría de equipos de sobremesa o portátiles de nueva adquisición.
Es por todo que cuando hablamos de software libre, parece que los factores que deben darse para catalogar a un producto como monopolístico se diluyen al ser el resultado de muchas colaboraciones y de disponer del código para mejorarlo o adaptarlo.
Dentro de este paradigma parece difícil que se alcance ese estado ya que cualquiera que disponga de los medios necesarios, puede iniciar ramas paralelas (forks) o partir de él para iniciar otros proyectos propios. Sin embargo, en el mundo real, encontramos casos en los que si se ha alcanzado una clara posición dominante de un software libre con respecto a su competencia, privativa o no. Tal sería el ejemplo por ejemplo, del servidor Apache que, pese a contar con muchas empresas interveniendo en su desarrollo, se ha alzado en una suerte de monopolio en muchos ámbitos como lo sería el hecho de considerarlo la única solución válida como servidor web para entornos GNU/Linux. MySQL también está alcanzando cotas semejantes pese a tener competidores posiblemente más potentes (PostgreSQL) gracias a su difusión y a ese factor de promoción indirecta al que hicimos antes referencia con anterioridad.
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